Sevilla a través de sus rótulos. Del ayer al hoy
Sevilla a través de sus rótulos. Del ayer al hoy
Elementos simbólicos de una ciudad con embrujo
Que Sevilla es peculiar es evidente. Dicen que tiene un color especial, que huele a azahar, dicen tantas y tantas cosas… lo que sí es cierto es que Sevilla tiene un encanto que no pasa desapercibido. Por ella pasan miles de turistas a diario para hacer un recorrido por su historia, degustar su variada gastronomía o disfrutar de un paseo agradable por cualquiera de sus rincones: una plaza, un callejón, jardines llenos de naranjos. La ciudad es un sentimiento que nace en su propia gente. Sevilla tiene dos caras, la antigua y la moderna, mezcla de tradición y vanguardia.
Sus calles quedan compuestas entre pequeños balcones abarrotados de flores y estrechos establecimientos de lo más variopintos: barberías, mercerías, pastelerías, tiendas de cerámica y porcelana, tapas, sombreros, abanicos,… Pero hay algo más, algo que hace más característica si cabe esta peculiar ciudad, elementos que etiquetan sus calles, los rótulos, algunos de ellos gastados por el paso del tiempo y muchos otros restaurados o sustituidos por otros más recientes.
¿Quién no recuerda el rótulo de la calle Sierpes? Verlo significa entrar en la calle más popular de la ciudad. ¿Y calle Betis? ¿Y el rótulo de Pureza? Elementos clave de situación, pero también de promoción, de cultura y tradición. Rótulos rudimentarios al más puro estilo andaluz, construidos a modo de azulejos cuadrados con fondo blanco y letra de cuerpo ancho y color negro azabache.
Sevilla ofrece estampas en cada esquina, en cada barrio. ¿Has visitado la plaza de Cuba? El preámbulo a calle Betis. Los rótulos de Cruzampo o Diario de Sevilla han formado parte del paisaje durante años. El Guadalquivir hecho colores reflejo de los carteles luminosos de típicos restaurantes que se reflejan en el cauce del río a su paso por la Torre del Oro.
Pero Sevilla tiene su lado urbano, cosmopolita o vanguardista, como se quiera llamar. Adjetivos y sinónimos, haberlos, los hay. Viapol ofrece la otra cara. Rótulos y corpóreos se asoman desde los edificios, coloreados en lo alto de ellos para ofrecer personalidad y peculiaridad a una zona repleta de jóvenes universitarios y transitada a cada instante por un sinfín de transeúntes y un ir y venir de coches y autobuses que ponen rumbo en la ciudad.
Del ayer al hoy. Rótulos del pasado y del presente para una ciudad con personalidad propia que seguro disfrutarás cuando pasees por sus calles, sea como turista, como visitante o como un sevillano más.