Lámina de seguridad antigraffiti ¡Di adiós al problema de las pintadas!
Lámina de seguridad antigraffiti ¡Di adiós al problema de las pintadas!
El universo del graffiti y su importancia como expresión artística ha ido creciendo con el paso de los años. Desde aquellos pequeños suburbios norteamericanos retratados en numerosas películas de décadas atrás, hasta los graffitis más sofisticados de la actualidad, realizados con diferentes técnicas de pintura, efectos, tamaños, y sobre todo, espacios.
Y es aquí donde viene el problema. Desde sus inicios, el arte del graffiti ha contado con multitud de detractores, que veían en este fenómeno una reacción rebelde e injustificada, que no viene más que a estropear espacios de uso público y privado con “manchas” antiestéticas difíciles de eliminar, y que afectaban a espacios públicos y privados de todo tipo: desde casas y fachadas de viviendas, hasta trenes, autobuses, paradas de autobús, sin olvidar tintadas en comercios, bancos, y sobre todo, en espacios de pared de gran tamaño.
Por supuesto, también cuenta con millones de seguidores, graffiteros o no, que defienden este tipo de actuaciones como una forma de expresión artística, un arte urbano capaz de reflejar la realidad del mundo, alejada de los convencionalismos y lo políticamente correcto.
A favor o en contra, lo cierto es que el fenómeno sigue estando vivo, aunque cada vez aparecen más normativas que regulan, restringen y penalizan determinadas prácticas graffiteras. Y es que, si nos ponemos en el lugar de una empresa o de un particular que se encuentra con una situación de este tipo, es obligatorio preguntarse ¿Cómo actuar? ¿Qué hacer para solucionar una situación ajena que le repercute de forma directa?
El tema se las trae. Quizás, lo mejor sería establecer la obligación de acuerdos entre graffiteros y usuarios finales, para así evitar este tipo de situaciones y regularizar este arte como una profesión más.
Pero mientras tanto, la única alternativa para graffitis realizados sin autorización pasa por la restauración de las superficies. En el caso de paredes, no queda otra opción que pintar. Pero, ¿qué sucede cuando las pintadas aparecen en escaparates, marquesinas o ventanillas de medios de transporte? Para evitar los daños por graffiti en cristales, os proponemos una solución: la lámina de seguridad antigraffiti, una lámina de poliéster de alta calidad óptica, con un espesor variable de entre 100 y 175 micras y adhesivo removible.
La lámina de seguridad antigraffiti es ignífuga una vez instalada sobre vidrio, elimina más del 98% de los dañinos rayos U.V. y es apta para superficies plásticas como el policarbonato o el metacrilato. Además, proporciona total transparencia y visibilidad hacia ambos lados y protege la superficie acristalada frente a este tipo de pintadas, actos vandálicos y rayado de las diferentes superficies.
El proceso de instalación es muy sencillo, y una vez realizado, protege la superficie sin reducir la visibilidad. En caso de aparición de tintadas o arañazos, basta con retirar la capa de la lámina de seguridad antigraffiti y el cristal quedará intacto, como nuevo.
¡Di adiós al problema de las pintadas! Olvídate de graffitis, arañazos y actos vandálicos e instala una lámina de seguridad antigraffiti. Notarás las ventajas.
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